La imagen del cadáver de un niño sirio en la costa turca ocupaba las portadas de todos los periódicos europeos y la opinión pública se movilizaba para exigir respuestas urgentes por parte de los Estados europeos.
La estación de tren de Keleti en Budapest cerraba temporalmente sus puertas en varias ocasiones o restringía la entrada de personas refugiadas en los trenes que se dirigían hacia otros lugares de Europa (principalmente, Austria y Alemania).
.