Aumentaba fuertemente la llegada de personas refugiadas a Grecia y Croacia en su camino hacia el norte de Europa. Se trataba en su mayoría de personas de origen sirio, pero también procedentes de Afganistán, Eritrea, etc. En la madrugada del 23 de septiembre, más de 2.500 personas arribaban a la costa de la isla griega de Lesbos, puente desde Turquía hacia Atenas. El mismo día las autoridades croatas informaban de que 8.750 personas refugiadas habían entrado en las últimas 24 horas en su territorio desde la vecina Serbia.
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