Se celebraba una minicumbre en Bruselas a la que acudían líderes de la ruta de los Balcanes con el objetivo de repartir los flujos migratorios por diferentes puntos de esa ruta y evitar la acumulación de personas que atraviesan distintas fronteras europeas hasta llegar a Alemania. Los dirigentes pactaban crear 100.000 nuevas plazas para acoger y registrar a las personas refugiadas: la mitad se habilitarían en Grecia y el resto las ofrecería ACNUR donde se requiera, combinando diferentes modalidades (alojamientos en centros de acogida, en casas particulares o en establecimientos públicos como albergues y hoteles).
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