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Lunes, 28 Noviembre 2016 18:26

Mujeres que celebran la vida, porque no se resignan.

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Hola gente! Cómo andáis?

Yo en la recta final como decía Leito, con una mezcla de sensaciones extrañas, entre nervios, espera, nostalgia, satisfacción y un sin fin de sentimientos reconocidos..

Contaros que el pasado 25 de Noviembre se llevó a cabo una jornada Contra la Violencia hacía las mujeres impulsada por la Fundación para el Desarrollo Fruticola de forma conjunta con otras instituciones donde se pretendía sensibilizar a niños y adultos, se llevaron a cabo stand informativos, juegos y dinámicas, números musicales, etc. Llevamos desde Octubre preparando y organizando y por fin, llegó el día, con la satisfacción de que la gente, especialmente mujeres y niños salieron a tapar la calle y levantaron sus voces contra la violencia. Fue bonito e inexplicable, y más la sensación de que después de tanto trabajo todo saliese bien. Vi mujeres que anteriormente me habían dicho que les daba verguenza manifestarse por si se encontraban solas o la gente no salía a la calle, ese día las vi rompiéndose la voz y levantando los brazos bien arriba, sintiéndose acompañadas y empoderadas. Fue inexplicable.

 

Las señoras del COMDEL de Vallegrande y Moro Moro, mujeres que impulsan el desarrollo económico local y con las que se está trabajando también desde la FDF leyeron un poema de Jenny Londoño titulado Vengo desde el ayer y del quebos dejo algunas estrofas significativas. 

 

Y un día me dolí de mis angustias,

un día me cansé de mis trajines,

abandoné el desierto y el océano,

bajé de la montaña,

atravesé las selvas y confines

y convertí mi voz dulce y tranquila

en bocina del viento

en grito universal y enloquecido.

Y convoqué a la viuda, a la casada,

a la mujer del pueblo,  a la soltera,

a la madre angustiada,

a la fea, a la recién parida,

a la violada, a la triste, a la callada,

a la hermosa, a la pobre, a la afligida,

a la ignorante, a la fiel, a la engañada,

a la prostituida.

Vinieron miles de mujeres juntas

a escuchar mis arengas.

Se habló de los dolores milenarios,

de las largas cadenas

que los siglos nos cargaron a cuestas.

Y formamos con todas nuestras quejas

un caudaloso río que empezó a recorrer el universo

ahogando la injusticia y el olvido.

El mundo se quedó paralizado

¡Los hombres sin mujeres no caminan!

Se pararon las máquinas, los tornos,

los grandes edificios y las fábricas,

ministerios y hoteles, talleres y oficinas,

hospitales y tiendas, hogares y cocinas.

Las mujeres, por fin, lo descubrimos

¡Somos tan poderosas como ellos

y somos muchas más sobre la tierra!

¡Más que el silencio y más que el sufrimiento!

¡Más que la infamia y más que la miseria!

Que este canto resuene

en las lejanas tierras de Indochina,

en las arenas cálidas del África,

en Alaska o América Latina.

Que hombre y mujer se adueñen

de la noche y el día,

que se junten los sueños y los goces

y se aniquile el tiempo del hambre y la sequía.

Que se rompan los dogmas y el amor brote nuevo.

Hombre y mujer,  sembrando la semilla,

mujer y hombre tomados de la mano,

dos seres únicos, distintos, pero iguales.

 

Me despido compañerxs.

Que sigáis felices! Un besazo gigantesco!!

 

 

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