Buenas tardes gente!
Después de algunos problemitas con el internet aquí estoy, en mi tercera semana en Vallegrande. Contaros que me encuentro llena y plena.
Vallegrande es un lugar tranquilo, con un ritmo de vida pausado y mágico, tan necesario a veces. La gente es amable, cercana y hospitalaria, da gusto pasear el mercado y ver la riqueza y diversidad cultural y productiva que hay, disfrutar y ver las distintas formas en que la gente puede ganarse la vida lejos de economías tan goblalizadas, sino centrándose en lo micro, trabajando sus propios productos para vivir el día a día y no viviendo sólo para trabajar.
Estoy disfrutando además, la mágica sensación de acompasarme a los ritmos, de sumergirme en conceptos, lugares, saberes, contextos y vivencias nuevas, todo de la mano del tan bonito Proyecto de Soberanía Alimentaria, aprendiendo constantemente.
Estas semanas he estado conociendo a algunas de las productoras locales con las que trabajaremos y con las que antiguamente ha trabajado la FDF (Fundación para el Desarrollo Frutícola) en anteriores proyectos de Desarrollo Económico Local, conociendo las comunidades donde trabajaremos y pasando días y días de carretera, participando en algunos tallercitos de género y reuniones de los COMDEL (Comités de Desarrollo Local) y en definitiva, aprendiendo de las historias de vida y los procesos de empoderamiento de éstas mujeres productoras.
Os iré contando más acerca del proyecto.
Un saludo enorme.