Hola mi nombre es Lucía y llegué a Assilah el martes por la tarde noche con Jacobo, mi compañero de trabajo y también de piso.
Mi viaje hasta aquí fue en comparación con algunos compañeros muy fácil, es más las sensaciones que sentía en cada momento que la dificultad en sí, llegamos a Tanger después de un viaje movidito por el levante y allí nos cogimos un taxi hasta Assilah, trayecto en el que pude ver algo de la ciudad, las calles estaban llenas de coches, ruido, gente, en definitiva VIDA, una vez salimos de allí el camino se fue tranquilo viendo playas casi vírgenes casi paradisiacas, mezcladas con algunas construcciones nuevas y al fin llegamos a la que sería mi hogar durante estos meses,ASSILAH.
Esa noche intentaba asimilar todas las sensaciones que había tenido durante este proceso, las despedidas (siempre amargas), las ganas de llegar, las primeras impresiones de Marruecos, el barrio donde vivo, la comida, la gente …y así me despertó el primer rezo de la mañana que me recordaba que sí, que esto es de verdad.
Por la mañana fui a MZC donde me encontré con los que van a ser mis compañeros de trabajo, la bienvenida ha sido muy buena, todos son super serviciales y me ayudan y resuelven dudas en todo momento, ya que ahora soy pura ebullición de preguntas, como si tuviera 5 años y estuviera por primera vez en el colegio. La verdad que estos días están siendo bastante tranquilos ya que el proyecto en el que estoy no empieza hasta septiembre así que lo estoy empleando en leer todo lo que puedo acerca de lo que MZC hace aquí (que es mucho) y sobre todo la cultura de aquí. Por las tardes Jacobo hace horas extra de guía turístico y gastronómico conmigo, la verdad que si no fuera por él y por Celia, tanto en el proceso antes de venir como ya en terreno no estaría tan tranquila como lo estoy ahora y eso es de agradecer muchísimo.
A la pregunta que me ha hecho mucha gente de ¿por qué Assilah? ¿ por qué un país árabe en el que la mujer está en clara desventaja? Pues bien la respuesta se contesta fácil ¿ y por qué no? A veces la ignorancia y nuestro etnocentrismo no nos deja ver más allá de nuestro ombligo, la gente aquí es muy hospitalaria, trabajadora y lucha día a día por conseguir una igualdad que siendo coherentes en nuestra “ perfecta” sociedad Occidental tampoco podemos hablar de perfección en este sentido. He elegido Assilah, porque quiero quitarme la venda que todos tenemos, quiero aprender de esta cultura, empaparme de ella todo lo que pueda, cierto es que el choque es bastante grande y en estos días hay cosas que me cuestan asimilar pero como leí hace unos días, “me niego a buscar la forma más cómoda de vivir incomoda el resto de mi vida”
Os dejo una foto de una de mis incursiones por el barrio donde vivo en el que fuimos a hacer nuestra compra de la semana.