Hola de nuevo amigos y amigas. Ya estoy definitivamente instalado en la Universidad Indígena de Nopoki y con un plan de trabajo diseñado que luego comentaré. He dejado atrás 10 días llenos de emociones y experiencias que difícilmente podría plasmar con totalidad pero intentaré transmitiros algunas que han traspasado mi visión europeísta. Empecé antes de lo esperado a desarrollar labores de cooperación ante la urgente demanda de un psicólogo en el sector educativo. He estado acompañando durante una semana a dos misioneros diocesanos de Madrid, Manu y Cecilia, quienes me han acogido con un cariño insuperable. Concretamente hemos visitado 12 escuelas de primaria y secundaria, sin red eléctrica, ubicadas en las zonas rurales dentro de la región de Junín, algunas a 1.400 metros de altitud. He realizado valoraciones psicológicas a niños/as que presentaban síntomas de maltrato infantil, abuso sexual, retraso madurativo, trastornos del lenguaje, TDAH, carencias afectivas y falta de estimulación temprana. También he orientado a algunos profesores sobre cómo tratar esas discapacidades. El cariño con el que nos recibían los niños y niñas era asombroso. Igual de sorprendente era para ellos mi barba. La situación educativa está sufriendo relativos cambios migratorios, repercutiendo en la disminución del número de alumnos/as en las escuelas rurales por el flujo migratorio del campesinado a las ciudades. Dicho movimiento está suponiendo una falta de infraestructuras en educación dentro de las grandes ciudades. Pero la falta de medios de vida en la ciudad y el elevado coste de sostenibilidad hace que regrese el campesinado a su lugar de origen donde pueden sobrevivir de manera autosuficiente. La falta de especialistas en los centros educativos es una realidad que preocupa a gran parte de los profesionales del ámbito educativo. La estructura es la siguiente: un curso de inicial (conocido también como jardín de infancia), 6 años de primaria, 5 años de secundaria y el paso a la Universidad. En algunas escuelas existe solamente un aula para los 6 cursos de primaria, donde los alumnos están sentados según el curso en el que se encuentran. Como os podéis imaginar la dificultad a la hora de enseñar es mucho mayor.
He escuchado testimonios que han provocado un nudo en mi garganta y han despertado mi total admiración. Es necesario que la población española conozca, y eso les decía yo, la vida o testimonios de estos grandes héroes. Podría citar a muchos pero me quedo con dos. Gian Carlo, con 13 años, que camina durante 3 horas, si 3 horas, bajando y subiendo cerros por la selva alta peruana, conocida como ceja de selva, para llegar a su escuela. Y otras 3 horas para regresar a su casa después de haber estado toda la mañana aprendiendo y participando, con una ilusión indescriptible, en las enseñanzas y actividades del profesor. Por supuesto que ese día regresó con nosotros en el coche. Y otro testimonio extraordinario proviene de un profesor de primaria, Julio, quien me cuenta, entre lágrimas, emocionado, sentirse millonario, cuando un alumno, le agradeció todo lo que hizo por él, tras reencontrarse al cabo de los años. El joven pudo formar una familia y conseguir un trabajo gracias a la educación y al apoyo que siempre recibió por parte del profesor. Julio apuesta por la educación en las zonas rurales a pesar de las dificultades. Explica a los padres que la enseñanza, en estos lugares, es más cercana e individual que en las zonas urbanas. Ha conseguido también que algunas familias establecieran su hogar cerca de la “chacra” (terreno agrícola y lugar de trabajo) para vivir más cerca de la escuela, evitando los largos y abruptos desplazamientos.
Un programa interesante, digno de mención, es el QALI WARMA (en quechua “Niño/a Vigoroso/a”). Es un programa nacional de alimentación escolar que atiende diariamente a más de 3,5 millones de niños y niñas. Brinda alimentos variados y nutritivos a alumnos/as de inicial y primaria de las escuelas públicas, y de secundaria en las comunidades nativas de la Amazonía peruana. El fin es contribuir a mejorar la atención en clases, la asistencia escolar y los hábitos alimenticios, promoviendo la participación de la comunidad local, ya que son normalmente las madres, mediante turnos, quienes elaboran los desayunos con los alimentos que reciben.
No quiero olvidarme ni de las comida riquísimas de Alina, como la Pachamanca (Pacha = tierra y Manca = Olla) cuya forma de cocinar es a base de piedras calientes, introduciendo la olla en el interior de la tierra, de ahí su nombre, ni de los partidos de futbol sala con los compañeros de la casa.
Como dije al principio, ya me encuentro en el terreno definitivo, y después de vivir alguna aventura e imprevisto en el camino, como tener que dormir en el coche en mitad de la selva tras sufrir una avería y esperar el rescate, por fin tengo mi habitación dentro de la Universidad. Está ubicada en la selva baja, justo donde empieza la llanura amazónica. Aquí tienes más sensación de vivir dentro de la selva por la cantidad de animalitos que hay. El ruido nocturno te hace pensar que la selva está viva. El clima es muy caluroso. El ambiente es muy tranquilo y se respira paz, a diferencia del municipio más cercano, Atalaya, situado a 4 kilómetros, donde la realidad es otra. Se imparten las carreras de Educación, Ingeniería Agrícola y Administración de Empresas. Además de un Centro de Formación Profesional en Costura y Carpintería. Aquí conviven nativos de diferentes etnias de la amazonía como la Asháninka, Ashéninka, Yine, Shipibo, Yanesha, Matsigenka y Nomatsigenka, entre otras, diferenciados por su Kushma (Túnica). La Universidad Indígena se llama Nopoki que significa, en legua Asháninka, yo vengo. Este es el idioma más hablado por las comunidades nativas y el cual voy a aprender para conocer mejor el estilo de vida y pensamiento indígena. Ayer fue mi segundo día de clase. Además hemos fijado, en horario de mañana y tarde, un espacio para atención psicológica en el centro médico de la Universidad. Estoy impartiendo un taller de técnicas de estudio y más adelante desarrollaré otros talleres sobre fortalecimiento de la lectura e inteligencia emocional. Otro eje de cooperación será la elaboración de un banco de proyectos para futuras financiaciones. Ya os iré contando más información sobre este apasionante proyecto que es y será un hito en la convivencia intercultural y defensa de los pueblos originarios de la selva peruana.
¡Jatajana!,¡Hasta pronto! en Asháninka.