De otoño a primavera

Después de un viaje eterno, llego tempranito al aeropuerto de Asunción, donde fueron a recogerme en coche para llevarme a Arroyos y Esteros. ¡Hace un calor impresionante! Esto más que primavera parece verano.

Una hora más tarde (a pesar de que no está lejos, las condiciones de la carretera no permiten ir más rápido), llegamos a la cooperativa. Allí empiezo a conocer gente: Araceli, Andrés, Juan, y un montón de nombres más que me van a tener que repetir millones de veces porque no puedo acordarme de todos. Luego, Juan me lleva a la casa de Araceli (viviré con ella y su familia) para que descanse un poco. Así que me ducho, como y duermo una hora y pico de siesta, que me supo a poco después de más de 24 horas sin dormir.

A las 15:30 me recoge Teresa para asistir a una reunión sobre los últimos pasos para la puesta en marcha del ingenio de la cooperativa, y es que he llegado justo el día preciso! Otro día contaré más a fondo la historia de Manduvirá y cómo llegaron a esta fase de construir y dirigir su propia fábrica de azúcar para ser totalmente independientes, pero resumiendo la reunión: se detallan todas las tareas que quedan por hacer hasta final de año, como la capacitación de las/os trabajadoras/es, diseño de uniformes y mil cosas más. Y, por lo pronto, yo ya tengo una tarea propia, seré la traductora de dos paquistaníes que llegan este domingo y que forman parte del grupo de instructores para la capacitación.

Al acabar la reunión quedo en volver mañana por la mañana para que me expliquen bien mis funciones y me dan un paseito en moto hasta mi casa, a ver si me aprendo el camino.

Así que, ahora maletas y a descansar! ;)