Voluntariado Joven 2013

Viernes, 24 de enero de 2014

Mucho antes de lo esperado me propusieron acompañar a dos compañeros a una de las aldeas rurales donde MZC trabaja desde hace varios años. Ese día iban a presentar una obra de teatro para sensibilizar sobre la igualdad de género, y puesto que dicha actividad la habían hecho en casi todos los lugares previstos y faltaban solo dos o tres aldeas, pensaron que debía verla.

Tras un buen rato en coche y muchas curvas, llegamos a la aldea con la compañía de teatro y nos dirigimos al lugar donde se encontraba la escuela, fuera, aprovechando un día soleado, se instaló el equipo de sonido y el escenario. Mientras se preparaba todo se puso música para atraer al máximo posible de personas, niños, niñas, hombres y mujeres. Al principio había sobre todo muchos niños, algunas niñas y bastantes hombres jóvenes, adultos y ancianos, pero ninguna mujer, sin embargo tras la música y el claro boca a boca que había provocado esta, el público creció y empezaron a llegar algunas mujeres.

El teatro es una forma alternativa de hacer llegar el mensaje a la población, ya que en muchos casos el nivel educativo de las personas adultas es bastante bajo, y un acercamiento teórico sería un fracaso. Sin embargo, de esta forma lúdica se consigue que el público entienda mejor lo que se le quiere explicar y lo recuerde con mucha más facilidad. Yo desgraciadamente no pude entender la obra, pues era en dariya (dialecto árabe en Marruecos), pero disfruté mucho de la actuación de las y los figurantes, y de la reacción de las espectadoras y los espectadores, que no pararon de reírse en todo momento y de mostrar gran interés por la historia que se desarrollaba.

Algo muy “simple” me llamó bastante la atención, la forma en la que todos se ubicaron espacialmente, las mujeres, todas juntas sentadas a la izquierda, a la derecha de ellas, las niñas y los niños, y detrás de estos últimos, los hombres, casi todos de pie y alguno sentado en el muro que había al lado derecho de los pequeños/as. La separación entre hombres y mujeres es algo muy habitual en Marruecos, algo que iba a poder comprobar en mi día a día y en muchos espacios vitales (lo compartiré con vosotras y vosotros poco a poco).

Una vez terminada la actividad y de vuelta a Chaouen, mis compañeros me explicaron por el camino cual era la historia que narraba la obra, y dio mucho sentido a todo lo que había visto, me pareció muy interesante y divertida, y una eficaz manera de introducir el enfoque de género entre la población de la aldea. Al parecer la tarde había sido un éxito, se había contado con gran parte de los/as habitantes y prácticamente todas las personas se habían quedado a ver el teatro de principio a fin.

Me encantó poder ver parte del trabajo de sensibilización que MZC realiza en las aldeas. No pensaba salir a terreno tan pronto y me hizo mucha ilusión…

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Aquí os dejo unas fotitos..